Para Héctor Estella Nada ahora te detiene y en tu mirada verde veo lagos salados Ya no te escondes tras los matorrales agostados del verano Y la sombra del árbol africano, Te cobijará cuando hagas un alto en el camino. Pongo mi mano en el surco de tu huella y ya es pasado. Miro a tu espalda mientras te vas por estos pasillos, Donde suave me queda tu paso firme y algo de paz. Mientras te alejas, yo también me distancio, ya de lo irreal, Porque fue, en este tiempo que se acaba, El haber tenido, el haber sido y el haber habido. Ahora, todavía recojo algo del lago de tu tranquilidad El de tus últimas palabras. Ya no te veré más en este cielo anudado de estériles nimbos Ya no pisarás esta tierra seca que nos mancha los zapatos. Antes de abrir la puerta Girarás por última vez tu cabeza… Se ira marchando Primero tu cuerpo Y tu cara ladeada nos dejará por última vez, Tu última sonrisa. No te buscaré más aquí Mientras, Miraré por la ventana este lugar desconocido.
La realidad es lo que se puede describir con el lenguaje, es un lenguaje descriptivo, no la realidad en sí. Por eso “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” Ludwig Wittgenstein